Fuente: BBC
El mafioso más buscado de Italia se dirigía a una cafetería frente a una clínica privada siciliana cuando un policía se le acercó y le preguntó su nombre
No mintió.
Solo miró hacia arriba y dijo: “Ya sabes quién soy. Soy Matteo Messina Denaro“.
Hasta ese momento los agentes no estaban seguros de que aquel hombre fuera realmente “el jefe de todos los jefes” de la mafia, a quien perseguían desde hace tres décadas.
Su identidad falsa
Tenía una cita en la clínica bajo el nombre de Andrea Bonafede.
Tras años de minuciosa investigación, y con solo un retrato robot de su cara, los Carabinieri -policía militar- de Italia por fin supieron que él era a quien buscaban.

Como líder del sindicato mafioso Cosa Nostra, Messina Denaro dirigió actividades de crimen organizado, como el vertido ilegal de desechos, lavado de dinero y tráfico de drogas.
Fue condenado en ausencia en 2002 por una serie de asesinatos.
Según los informes, era el protegido de Totò Riina, el jefe del clan Corleone que tras 23 años prófugo fue arrestado en 1993.
Ese fue también el año en el que desapareció Messina Denaro.
Casi imposible de localizar
Para identificarlo, durante 30 años los investigadores solo tenían un retrato hecho por ordenador y fragmentos cortos de grabaciones de voz.
Los supuestos avistamientos que recibía la policía lo ubicaban en todas partes, desde Venezuela hasta Países Bajos.
Pero fue en Palermo, en el corazón de su tierra natal de Sicilia, donde lo atraparon.
“Tardaron tanto en arrestarlo porque, como sucedió con otros jefes de la mafia, estaba protegido por una red muy densa de cómplices, profundamente arraigada y extremadamente poderosa en Sicilia y más allá”, explicó a la BBC el periodista italiano Andrea Purgatori.
¿Soplo o astucia policial?
Muchos asumieron que el arresto del lunes fue resultado de un soplo de los propios socios de Messina Denaro, quienes decidieron que el jefe enfermo ya no les era útil.
Después de todo, durante mucho tiempo el mafioso más buscado de Italia se había sentido lo suficientemente seguro como “para caminar libremente por las calles de Palermo, la capital moral de la Cosa Nostra”, afirmó Purgatori.

Al final lo encontraron en el centro de una ciudad concurrida; para nada un sitio escondido. Después de 30 años de búsqueda, ¿qué llevó finalmente a las autoridades hasta él?
En una conferencia de prensa, la policía descartó la teoría de un chivatazo. En su lugar, aseguraron haber combinado métodos de investigación de la vieja escuela con tecnología moderna para reducir el número de sospechosos.
“A lo largo de los años se formó una especie de cortina de humo en torno a Messina Denaro, compuesta por una red de personas leales a él”, indicó Mitja Gialuz, abogada y profesora de procedimiento penal en la Universidad LUISS de Roma.
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